Paypal

sábado, 14 de octubre de 2017

Evangelio Apocrifo de Nicodemo


Descarga este maravilloso libro en formato PDF haciendo click aqui:

EL EVANGELIO DE NICODEMO

Hechos de Pilatos (Acta Pilati)
Acusado por los príncipes de los judíos, Jesús comparece ante Pilatos
realizado a su
entrada en el pretorio
I 1. Yo, Emeo, israelita de nación, doctor de la ley en Palestina, intérprete de
las
Divinas Escrituras, lleno de fe en la grandeza de Nuestro Señor Jesucristo,
revestido
del carácter sagrado del santo bautismo, e investigador de las cosas que
acaecieron, y
que hicieron los judíos, bajo la gobernación de Cneo Poncio Pilatos, trayendo
a la
memoria el relato de esos hechos, escrito por Nicodemo en lengua hebrea, lo
traduje
en lengua griega, para darlo a conocer a todos los que adoran el nombre del
Salvador
del mundo.
2. Y lo he hecho bajo el imperio de Flavio Teodosio, en el año decimoctavo de
su
reinado y bajo Valentiniano.
3. Y os suplico a cuantos leáis tales cosas, en libros griegos o latinos, que oréis
por mí,
pobre pecador, a fin de que Dios me sea favorable y que me perdone todas las
culpas
que haya cometido. Con lo cual, y deseando paz a los lectores, y salud a los
que
entiendan, termino mi prefacio.
4. Lo que voy a contar ocurrió el año decimoctavo del reinado de Tiberio
César,
emperador de los romanos, y de Herodes, hijo de Herodes, monarca de
Galilea, el año
decimoctavo de su dominación, el ocho de las calendas de abril, que es el día
25 del
mes de marzo, bajo el consulado de Rufino y de Rubelión, el año IV de la
olimpíada
202, cuando Josefo y Caifás eran grandes sacerdotes de los judíos. Entonces
escribió
Nicodemo, en lengua hebrea, todo lo sucedido en la pasión y en la crucifixión
de
Jesús.
5. Y fue que varios judíos de calidad, Anás, Caifás, Sommas, Dathan,
Gamaliel, Judas,
Levi, Nephtalim, Alejandro, Siro y otros príncipes visitaron a Pilatos, y
acusaron a
Jesús de muchas cosas malas, diciendo: Nosotros lo conocemos por hijo de
José el
carpintero y por nacido de María. Sin embargo, él pretende que es hijo de Dios
y rey
de todos los hombres, y no sólo con palabras, mas con hechos, profana el
sábado y
viola la ley de nuestros padres.
6. Preguntó Pilatos: ¿Qué es lo que dice, y qué es lo que quiere disolver en
vuestro
pueblo?
7. Y los judíos contestaron: La ley, confirmada por nuestras costumbres,
manda
santificar el sábado y prohíbe curar en este día. Mas Jesús, en él, cura ciegos,
sordos,
cojos, paralíticos, leprosos, poseídos, sin ver que ejecuta malas acciones.
8. Pilatos repuso: ¿Cómo pueden ser malas acciones ésas?
9. Y ellos replicaron: Mago es, puesto que por Beelzebuh, príncipe de los
demonios,
expulsa los demonios, y por él también todas las cosas le están sometidas.
10. Dijo Pilatos: No es el espíritu inmundo quien puede expulsar los demonios,
sino la
virtud de Dios.
11. Pero uno de los judíos respondió por todos: Te rogamos hagas venir a Jesús
a tu
tribunal, para que lo veas y lo oigas.
12. Y Pilatos llamó a un mensajero y le ordenó: Trae a Jesús a mi presencia y
trátalo
con dulzura.
13. Y el mensajero salió, y habiendo visto a Jesús, a quien muy bien conocía,
tendió su
manto ante él y se arrojó a sus pies, diciéndole: Señor, camina sobre este
manto de tu
siervo, porque el gobernador te llama.
14. Viendo lo cual, los judíos, llenos de enojo, se dirigieron en son de queja a
Pilatos, y
le dijeron: Debieras haberlo mandado traer a tu presencia no por un
mensajero, sino
por la voz de tu heraldo. Porque el mensajero, al verlo, lo adoró, y extendió
ante Jesús
su manto, rogándole que caminase sobre él.
15. Y Pilatos llamó al mensajero y le preguntó: ¿Por qué obraste así?
16. El mensajero, respondiendo, dijo: Cuando me enviaste a Jerusalén cerca de
Alejandro, vi a Jesús caballero sobre un asno y a los niños de los hebreos que,
con
ramas de árbol en sus manos, gritaban: Salve, hijo de David. Y otros,
extendiendo sus
vestidos por el camino, decían: Salud al que está en los cielos. Bendito el que
viene en
nombre del Señor.
17. Mas los, judíos respondieron al mensajero, exclamando: Aquellos niños de
los
hebreos se expresaban en hebreo. ¿Cómo tú, que eres griego, comprendiste
palabras
pronunciadas en una lengua que no es la tuya?
18. Y el mensajero contestó: Interrogué a uno de los judíos sobre lo que quería
decir lo
que pronunciaban en hebreo y él me lo explicó.
19. Entonces Pilatos intervino, preguntando: ¿Cuál era la exclamación que
pronunciaban en hebreo? Y los judíos respondieron: Hosanna. Y Pilatos
repuso:
¿Cuya es la significación de ese término? Y los judíos replicaron: ¡Señor,
salud! Y
Pilatos dijo: Vosotros mismos confirmáis que los niños se expresaban de ese
modo.
¿En qué, pues, es culpable el mensajero?
20. Y los judíos se callaron. Mas el gobernador dijo al mensajero: Sal, e
introdúcelo.
21. Y el mensajero fue hacia Jesús, y le dijo: Señor, entra, porque el
gobernador te
llama.
22. Y, al entrar Jesús en el Pretorio, las imágenes que los abanderados llevaban
por
encima de sus estandartes se inclinaron por sí mismas y adoraron a aquél. Y
los judíos,
viendo que las imágenes se habían inclinado por sí mismas, para adorar a
Jesús,
elevaron gran clamoreo contra los abanderados.
23. Entonces Pilatos dijo a los judíos: Noto que no rendís homenaje a Jesús, a
pesar de
que ante él se han inclinado las imágenes para saludarlo, y, en cambio,
despotricáis
contra los abanderados, como si ellos mismos hubiesen inclinado sus
pendones y
adorado a Jesús. Y los judíos repusieron: Los hemos visto proceder tal como
indicas.
24. Y el gobernador hizo que se aproximasen los abanderados y les preguntó
por qué
habían hecho aquello. Mas los abanderados respondieron a Pilatos: Somos
paganos y
esclavos de los templos. ¿Concibes siquiera que hubiéramos podido adorar a
ese
judío? Las banderas que empuñábamos se han inclinado por sí mismas, para
adorarlo.
25. En vista de esta contestación, Pilatos dijo a los jefes de la Sinagoga y a los
ancianos
del pueblo: Elegid por vuestra cuenta hombres fuertes y robustos, que
empuñen las
banderas, y veremos si ellas se inclinan por sí mismas.
26. Y los ancianos de los judíos escogieron doce varones muy fornidos de su
raza, en
cuyas manos pusieron las banderas, y los formaron en presencia del
gobernador. Y
Pilatos dijo al mensajero: Conduce a Jesús fuera del Pretorio, e introdúcelo en
seguida.
Y Jesús salió del Pretorio con el mensajero.
27. Y Pilatos, dirigiéndose a los que empuñaban las banderas, los conminó,
haciendo
juramento por la salud del César: Si las banderas se inclinan cuando él entre,
os haré
cortar la cabeza.
28. Y el gobernador ordenó que entrase Jesús por segunda vez. Y el mensajero
rogó de
nuevo a Jesús que entrase, pasando sobre el manto que había extendido en
tierra. Y
Jesús lo hizo y, cuando entró, las banderas se inclinaron y lo adoraron.
Testimonios adversos y favorables a Jesús
II 1. Viendo esto, Pilatos quedó sobrecogido de espanto y comenzó a agitarse
en su
asiento. Y, cuando pensaba en levantarse, su mujer, llamada Claudia Prócula,
le envió
un propio para decirle: No hagas nada contra ese justo, porque he sufrido
mucho en
sueños esta noche a causa de él.
2. Pilatos, que tal oyó, dijo a todos los judíos: Bien sabéis que mi esposa es
pagana y
que, sin embargo, ha hecho construir para vosotros numerosas sinagogas. Pues
bien:
acaba de mandarme a decir que Jesús es un hombre justo y que ha sufrido
mucho en
sueños esta noche a causa de él.
3. Mas los judíos respondieron a Pilatos: ¿No te habíamos dicho que era un
encantador? He aquí que ha enviado a tu esposa un sueño.
4. Y Pilatos, llamando a Jesús, le preguntó: ¿No oyes lo que éstos dicen contra
ti?
¿Nada contestas?
5. Jesús repuso: Si no tuviesen la facultad de hablar, no hablarían. Empero,
cada uno
puede a su grado abrir la boca y decir cosas buenas o malas.
6. Los ancianos de los judíos replicaron a Jesús: ¿Qué es lo que decimos?
Primero, que
has nacido de la fornicación; segundo, que el lugar de tu nacimiento fue
Bethlehem y
que, por causa tuya, fueron degollados todos los niños de tu edad; y tercero,
que tu
padre y tu madre huyeron contigo a Egipto, porque no tenían confianza en el
pueblo.
7. Pero algunos judíos que allí se encontraban, y que eran menos perversos que
los
otros, decían: No afirmaremos que procede de la fornicación, porque sabemos
que
María se casó con José y que, por ende, Jesús no es hijo ilegítimo.
8. Y Pilatos dijo a los judíos que mantenían ser Jesús producto de fornicación:
Vuestro
discurso es mentiroso, puesto que hubo casamiento, según lo atestiguan
personas de
vuestra clase.
9. Empero Anás y Caifás insistieron ante Pilatos, diciendo: Toda la multitud
grita que
ha nacido de la fornicación y que es un hechicero. Y esos que deponen en
contra son
sus prosélitos y sus discípulos.
10. Preguntó Pilatos: ¿Qué es eso de prosélitos? Y ellos respondieron: Son
hijos de
paganos, que ahora se han hecho judíos.
11. Mas Lázaro, Asterio, Antonio, Jacobo, Zaro, Samuel, Isaac, Fineo, Crispo,
Agripa,
Amenio y Judas dijeron entonces: No somos prosélitos, sino hijos de judíos, y
decimos
la verdad, porque hemos asistido a las bodas de María.
12. Y Pilatos, dirigiéndose a los doce hombres que así habían hablado, les dijo:
Os
ordeno, por la salud del César, que declaréis si decís la verdad y si Jesús no ha
nacido
de la fornicación.
13. Y ellos contestaron a Pilatos: Nuestra ley nos prohíbe jurar, porque es un
pecado.
Ordena a ésos que juren, por la salud del César, ser falso lo que nosotros
decimos y
habremos merecido la muerte.
14. Anás y Caifás dijeron a Pilatos: ¿Creerás a estos doce hombres, que
pretenden que
no ha nacido de la fornicación y no nos creerás a nosotros, que aseguramos
que es un
mago, y que se llama a sí mismo hijo de Dios y rey de los hombres?
15. Entonces Pilatos ordenó que saliese todo el pueblo, y que se pusiese aparte
a Jesús
y, dirigiéndose a los que habían aseverado que éste no era hijo de la
fornicación, les
preguntó: ¿Por qué los judíos quieren hacer perecer a Jesús? Y ellos le
respondieron:
Están irritados contra él, porque opera curaciones en día de sábado. Pilatos
exclamó:
¿Quieren, pues, hacerlo perecer, por ejecutar una buena obra? Y ellos
confirmaron:
Así es, en efecto.
Diálogo entre Jesús y Pilatos
III 1. Lleno de cólera, Pilatos salió del Pretorio, y dijo a los judíos: Pongo al
sol por
testigo de que nada he encontrado de reprensible en ese hombre.
2. Mas los judíos respondieron al gobernador: Si no fuese un brujo, no te lo
hubiéramos entregado. Pilatos dijo: Tomadlo y juzgadlo según vuestra ley.
Mas los
judíos repusieron: No nos está permitido matar a nadie. Y Pilatos redarguyó:
Es a
vosotros, y no a mí, a quien Dios preceptuó: No matarás.
3. Y, vuelto al Pretorio, Pilatos llamó a Jesús a solas, y lo interrogó: ¿Eres tú el
rey de
los judíos? Y Jesús respondió: ¿Dices esto de ti mismo, o te lo han dicho otros
de mí?
4. Pilatos repuso: ¿Por ventura soy judío yo? Tu nación y los príncipes de los
sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
5. Contestó Jesús: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuese de este
mundo, mis
servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero
mi reino
no es de aquí.
6. Pilatos exclamó: ¿Luego rey eres tú? Replicó Jesús: Tú dices que yo soy
rey. Yo
para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la
verdad.
El que oye mi palabra la verdad escucha.
7. Dijo Pilatos: ¿Qué es la verdad? Y Jesús respondió: La verdad viene del
cielo.
Pilatos le preguntó: ¿No hay, pues, verdad sobre esta tierra? Y Jesús dijo:
Mira cómo
los que manifiestan la verdad sobre la tierra son juzgados por los que tienen
poder
sobre la tierra.
Nuevos cargos de los judíos contra Jesús
IV 1. Dejando a Jesús en el interior del Pretorio, Pilatos salió, y se fue hacia
los
judíos, a quienes dijo: No encuentro en él falta alguna.
2. Mas los judíos repusieron: Él ha dicho que podía destruir el templo, y
reedificarlo en
tres días.
3. Pilatos les preguntó: ¿Qué es el templo? Y los judíos contestaron: El que
Salomón
tardó cuarenta y seis años en construir, y él asegura que, en sólo tres días,
puede
aniquilarlo y volver a levantarlo otra vez.
4. Y Pilatos afirmó de nuevo: Inocente soy de la sangre de este hombre. Ved lo
que os
toca hacer con él.
5. Y los judíos gritaron: ¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros
hijos!
6. Entonces Pilatos, llamando a los ancianos, a los sacerdotes y a los levitas,
les
comunicó en secreto: No obréis así, porque nada hallo digno de muerte en lo
que le
reprocháis de haber violado el sábado. Mas ellos opusieron: El que ha
blasfemado
contra el César es digno de muerte. Y él ha hecho más, pues ha blasfemado
contra
Dios.
7. Ante esta pertinacia en la acusación, Pilatos mandó a los judíos que saliesen
del
Pretorio y, llamando a Jesús, le dijo: ¿Qué haré a tu respecto? Jesús dijo: Haz
lo que
debes. Y Pilatos preguntó a los judíos: ¿Cómo debo obrar? Jesús respondió:
Moisés y
los profetas han predicho esta pasión y mi resurrección.
8. Al oír esto, los judíos dijeron a Pilatos: ¿Quieres escuchar más tiempo sus
blasfemias? Nuestra ley estatuye que, si un hombre peca contra su prójimo,
recibirá
cuarenta azotes menos uno, y que el blasfemo será castigado con la muerte.
9. Y Pilatos expuso: Si su discurso es blasfematorio, tomadlo, conducidlo a
vuestra
Sinagoga, y juzgadlo según vuestra ley. Mas los judíos dijeron: Queremos que
sea
crucificado. Pilatos les dijo: Eso no es justo. Y, mirando a la asamblea, vio a
varios
judíos que lloraban, y exclamó: No es voluntad de toda la multitud que muera.
10. Empero, los ancianos dijeron a Pilatos: Para que muera hemos venido aquí
todos. Y
Pilatos preguntó a los judíos: ¿Qué ha hecho, para merecer la muerte? Y ellos
respondieron: Ha dicho que era rey e hijo de Dios.
Defensa de Jesús por Nicodemo
V 1. Entonces un judío llamado Nicodemo se acercó al gobernador y le dijo:
Te ruego
me permitas, en tu misericordia, decir algunas palabras. Y Pilatos le dijo:
Habla.
2. Y Nicodemo dijo: Yo he preguntado a los ancianos, a los sacerdotes, a los
levitas, a
los escribas, a toda la multitud de los judíos, en la Sinagoga: ¿Qué queja o
agravio
tenéis contra este hombre? Él hace numerosos y extraordinarios milagros,
tales como
nadie los ha hecho, ni se harán jamás. Dejadlo, y no le causéís mal alguno,
porque si
esos milagros vienen de Dios, serán estables y, si vienen de los hombres,
perecerán.
Moisés, a quien Dios envió a Egipto, realizó los milagros que el Señor le había
ordenado hacer, en presencia del Faraón. Y había allí magos, Jamnés y
Mambrés, a
quienes los egipcios miraban como dioses, y que quisieron hacer los mismos
milagros
que Moisés, mas no pudieron imitarlos todos. Y, como los milagros que
operaron no
provenían de Dios, perecieron, como perecieron también los que en ellos
habían
creído. Ahora, pues, dejad, repito, a este hombre, porque no merece la muerte.
3. Mas los judíos dijeron a Nicodemo: Te has hecho discípulo suyo y por ello
levantas
tu voz en su favor.
4. Nicodemo replicó: ¿Es que el gobernador, que habla también en su favor, es
discípulo suyo? ¿Es que el César no le ha conferido la misión de ser su
ejecutor de la
justicia?
5. Mas los judíos, estremecidos de cólera, tremaron los dientes contra
Nicodemo, a
quien dijeron: Crees en él, y compartirás la misma suerte que él.
6. Y Nicodemo repuso: Así sea. Comparta yo la misma suerte que él, según
que
vosotros lo decís.
Nuevos testimonios favorables a Jesús
VI 1. Y otro de los judíos avanzó, pidiendo al gobernador permiso para
hablar. Y
Pilatos repuso: Lo que quieras decir, dilo.
2. Y el judío habló así: Hacía treinta años que yacía en mi lecho, y era
constantemente
presa de grandes sufrimientos, y me hallaba en peligro de perder la vida. Jesús
vino, y
muchos demoníacos y gentes afligidas de diversas enfermedades fueron
curadas por él.
Y unos jóvenes piadosos me llevaron a presencia suya en mi lecho. Y Jesús, al
yerme,
se compadeció de mí y me dijo: Levántate, toma tu lecho, y marcha. Y, en el
acto,
quedé completamente curado, tomé mi lecho y marché.
3. Mas los judíos dijeron a Pilatos: Pregúntale en qué día fue curado. Y él
respondió:
En día de sábado. Y los judíos exclamaron: ¿No decíamos que en día de
sábado curaba
las enfermedades y expulsaba los demonios?
4. Y otro judío avanzó y dijo: Yo era un ciego de nacimiento, que oía hablar,
pero que
a nadie veía. Y Jesús pasó, y yo me dirigí a él, gritando en alta voz: ¡Jesús,
hijo de
David, ten piedad de mí! Y él tuvo piedad de mí, y puso su mano sobre mis
ojos, e
inmediatamente recobré la vista.
5. Y otro avanzó y dijo: Yo era leproso, y él me curó con una sola palabra.
Testimonio de la Verónica
VII 1. Y una mujer, llamada Verónica, dijo: Doce años venía afligiéndome un
flujo
de sangre y, con sólo tocar el borde de su vestido, el flujo se detuvo en el
mismo
Gracias por visitar este Libro Electrónico
Puedes leer la versión completa de este libro electrónico en diferentes
formatos:
 HTML(Gratis / Disponible a todos los usuarios)
 PDF / TXT(Disponible a miembros V.I.P. Los miembros con una
membresía básica pueden acceder hasta 5 libros electrónicos en
formato PDF/TXT durante el mes.)
 Epub y Mobipocket (Exclusivos para miembros V.I.P.)
Para descargar este libro completo, tan solo seleccione el formato deseado,
abajo:

2 comentarios:

  1. WinStar World Casino and Resort Tickets - JTG Hub
    Buy WinStar World 창원 출장안마 Casino and Resort tickets at 양산 출장샵 JTG hub. Find WinStar 구리 출장마사지 World Casino and Resort venue concert 안동 출장샵 and event schedules, venue information, 평택 출장샵 directions,

    ResponderBorrar